JARABE TAPATIO

 El Jarabe Tapatío

 Es un baile regional mexicano cuyo origen ha sido tradicionalmente atribuido al estado de Jalisco. También se denomina con ese nombre a la pieza musical que acompaña dicho baile, compuesta de varios sones tradicionales mexicanos. Los primeros jarabes se remontan al siglo XIX, sin embargo, las primeras piezas denominadas como Jarabe tapatío, se encuentran documentadas hacia principios del siglo XX.

La vestimenta tradicional para bailar el Jarabe Tapatío está compuesto por el traje de china de blanca alvala para la mujer basado en una falda larga decorada con abundante lentejuela, aunque el vestido original es el de ranchera tapatía de la segunda mitad del siglo XIX. La falda llevaba sólo un olán y pequeños adornos de flores. El vestido de flores es una mezcla de los vestidos europeos y mexicanos, que se llenó de olanes y adornos para hacerlo más vistoso. El vestido de Blanco o de Gala se utiliza principalmente en las ciudades. El vestido de listón le da mayor dinamismo al baile. El hombre porta el tradicional traje de charro con botonadura de plata a los lados del pantalón, chaquetilla con botonadura al frente, sombrero de ala ancha de cuatro pedradas, el cual juega un papel importante en la coreografía, camisa blanca, corbatín al cuello en colores de contraste, por ejemplo (rojo, azul, negro, naranja, rosa etc.), botín negro, cinto de cuero o a veces una faja de color con amarre a los lados. Hay que destacar un aspecto importante referente al traje del hombre que se utiliza para bailar los sones y jarabes de Jalisco. Por lo común, se porta el traje de caporal, con sus diferencias al tradicional de charro, porque lleva a los lados del pantalón una aletilla cosida con adornos de cuero y de igual manera la chaquetilla, que son figuras relativas a grecas y formas de la charrería mexicana. Lo que hace distinguir ser, una prenda única en su género.

Al igual que el origen mismo del baile existen diversas versiones acerca del traje de china poblana que giran entorno al origen “oriental” del mismo. Una versión cuenta que las damas ricas de los años 1800 asistían al puerto de Acapulco para recibir al barco proveniente de Filipinas conocido como “Nao de China” para comprar telas llamadas “castores” que se convertirían en la vestimenta de sus sirvientas llamadas “chinitas”, que ellas mismas decoraban. Otra versión apunta a la leyenda de una princesa mongola que llegó a Puebla y se enamoró de su patrón, llevando en su ajuar de novia la vestimenta tradicional de la región decorada con toques orientales.





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